jueves, 26 de noviembre de 2009

DESPENALIZACIÓN DE CALUMNIAS E INJURIAS: SE CAE UNA DE LAS BARRERAS AL LIBRE EJERCICIO DEL PERIODISMO

Argentina ha dado un paso muy grande en favor de la libertad de expresión, luego de que el Congreso aprobara la semana pasada la ley que despenaliza los delitos de calumnias e injurias por expresiones de interés público.

Esto quiere decir que aquellas personas que sean acusados de deshonrar o desacreditar a algún funcionario público, o alguna personalidad reconocida, o imputarle falsamente un delito, ya no serán enviados a prisión.

El Código Penal, que ahora será modificado, estipulaba una pena de hasta 3 años de cárcel para el caso de calumnias, y de hasta 1 año para las injurias. Ahora la condena sólo será cívil, por lo que a lo sumo la persona condenada deberá pagar una multa, algo que tal vez en un futuro se pueda llegar a erradicar también.

El proyecto aprobado fue elaborado por el Centro de Estudios Legales y Sociales(CELS), que promueve la implementación de una sentencia de la Corte Interamericana de Derechos Humanos (CIDH), en el caso del periodista Eduardo Kimel, que había sido condenado durante el gobierno de Menem, a 1 año de prisión y a pagar una indemnización por una investigación que criticaba la actuación de un juez en un caso llamado la Masacre de San Patricio, donde fueron asesinados 5 religiosos católicos durante la última dictadura.

La sentencia de la CIDH justamante busca que los países realicen reformas legislativas que limiten el uso tanto de figuras penales como civiles para las manifestaciones vinculadas a la crítica política y a temas de interés público, cosa que nuestro Congreso acaba de hacer.

El proyecto fue impulsado por el gobierno de Cristina Fernández, y obtuvo 154 votos positivos, y 12 negativos en Diputados, y en el Senado los 51 legisladores presentes votaron a favor de la despenalización.


Lo importante de esto, es que se pone fin a una herramienta judicial de censura indirecta que suele ser utilizada como medio de control del periodismo.
Lo curioso de este hecho es que lo propicio el kirchnerismo, una fuerza política muy atenta a los medios de comunicación, que intenta acallar las voces críticas con un discurso confrontativo y belicoso.

Se ha dado un gran paso en favor de la libertad de expresión, pero aún quedan muchos por dar. Se ha terminado con una de las tantas formas de censurar indirectamente al periodismo. Si se quiere, se ha derrivado una de las barreras judiciales que limitaba la libertad de expresión, pero la barrera política parece estar lejos de ser derrivada.

Hasta que los políticos argentinos no cambien la filosofía entorno al rol del periodismo, esto no se va a producir. Desde la esferas de poder actuales, conciben a esta profesión como un estorbo, que sólo impide el desarrollo de sus proyectos de país. No entienden que el periodismo es un contrapoder que de alguna manera, además de trasmitir los hechos más relevantes de la realidad, también ejerce control sobre los gobernantes y sus políticas públicas.

Al no comprender este necesario rol dentro de este sistema político y social, intentar limitarlo, acallarlo, postergarlo, e imponer su visión de la realidad.
Las herramientas que tienen los gobiernos para hacer esto son muchísimas, entre las que se destaca en nuestro país, la discrecional repartición de la publicidad oficial, que premia a los medios y periodistas afines y castiga a los que no se alinean al poder de turno.

Durante el kirchnerismo el presupuesto para la publicidad oficial, que maneja Enrique Albistur, que estaría por renunciar ante las denuncias por los irregulares manejos que hacía con estos medios, se incremento un 756%. De 40 millones se paso a cerca de 400 millones para “difundir los actos de gobierno”, en una clara maniobra para captar más voces acordes a sus ideas.

Esta es una simple muestra de como desde su llegada, el kirchnerismo ha puesto su foco sobre la prensa. Si se analizan los discursos de Nestor Kirchner y de Cristina Fernández, se ve fácilmente como aluden permanentemente a los medios, y como le otorgan un desmedido poder, y como los perciben como enemigos.

Por eso es extraño que este gobierno, que no parece muy adepto a la libertad de expresión, ya que ante cada crítica responde con agresiones y amenazas, haya impulsado esta medida. Ahora deberían regular el manejo de la publicidad oficial para que sea más equitativo, pero parece que no quieren hacerlo, ya que no lo mencionaron en la nueva ley de medios.

A pesar de lo paradógico de que este gobierno tan confrontativo contra el periodismo haya impulsado esta despenalización de las calumnias e injurias, es un gran avance para la libertad de expresión, ya que se elimina una herramienta de censura indirecta que limitaba el libre desempeño del periodismo.

jueves, 19 de noviembre de 2009

ESCÁNDALO DE ESPIONAJE EN EL GOBIERNO MACRISTA: LA INGENUIDAD EN LA POLÍTICA SE PAGA MUY CARO

El escándalo que sacude a la Ciudad de Buenos Aires por las escuchas ilegales recién está comenzando. La Policía Metropolitana, la gran apuesta de Mauricio Macri para combatir la inseguridad, ya está dejando mucho que desear, incluso antes de salir a la calle.

Dos de los jefes que Macri nombró para esta fuerza ya fueron separados de sus cargos por graves denuncias que pesan en su contra por escuchas ilegales a dirigentes de la oposición, periodistas, y hasta funcionarios del gobierno porteño.

Al parecer, Jorge “el fino” Palacios, el primero de los jefes depuestos, habría montado una red de espionaje paralela a la Secretaría de Inteligencia, para obtener datos de diversas personas de manera ilícita, pinchando teléfonos, con el aval de jueces misioneros (Horacio Gallardo y José Luis Rey que también están imputados), para darle un toque de “legalidad” a esta práctica digna de un gobierno autoritario.

El juez Oyarbide ordenó la detención de Palacios, ex superintendente de la policía Federal, que negó haber realizado estás escuchas ilegales por las que podría pasarse 25 años preso.

El sucesor de Palacios, Osvaldo Chamorro, estaría involucrado en esta red paralela que encabeza Palacios, ya que en una computadora que compartían en uno de sus despachos, había más información de sindicalistas y políticos, obtenida de manera irregular. Al saltar esto a la luz, Macri le solicitó la renuncia por una “grave falta ética”.

Para resumir este berenjenal de nombres y acusaciones, el jefe de gobierno porteño, eligió para que manejen su fuerza de seguridad, a dos delincuentes que espiaban gente ilegalmente.

La gran pregunta es si Macri formaba parte de esta asociación ilícita como dijo el jefe de Gabinete Anibal Fernández, que acusó a Macri de integrar una PyME que realiza este tipo de escuchas y luego las vendía “al mejor postor”.

El jefe de gobierno salió a desligarse de Palacios y Chamorro, pero defendió la iniciativa de crear la Policía Metropolitana, que fue producto de que el gobierno nacional le negó el traspaso del manejo de los recursos de la Policía Federal al gobierno de la Ciudad de Buenos Aires. “Quiero contestarle al jefe de Gabinete y sus irresponsables declaraciones. Al matrimonio presidencial le digo que no nos van a parar. Está claro que quieren ir por todo. Han ido por la prensa, por Corrientes, por las empresas y ahora parecen querer ir por la Ciudad. No nos pueden comprar a todos”, sentenció Macri.

Pero el duelo verbal no quedó ahí, el jefe de Gabinete, y caballito de batalla de los K, dijo que fue bochornosa la explicación que dio Macri, ya que sólo “se dedicó a mentir y a negar todo”. También calificó al jefe de gobierno de porteño de “vago, negador e irresponsible”, y dijo que no se le puede dar el manejo de la Policía Federal a una persona así.
Dentro de todos los factores para analizar dentro de este conflicto, hay uno que no puede pasar
por alto, y es el grado de impericia de Mauricio Macri para gobernar.

Probablemente detrás de todo esto haya alguien del gobierno nacional que quiere ensuciar la gestión del ex presidente de Boca, y no me sorprendería que así fuera, pero es pasmosa la ineptitud de Macri a la hora de hacer política.

No entiendo como no pudo saber de las irregularidades en las que estaban inmersos los ex-jefes de la nueva policía que él mismo había nombrado. Cómo pudo ser tan ingenuo y ganarse todo este problema que puede llegar a costarle su propia cabeza.

Quizá Macri haya estado al tanto de estas prácticas y las haya avalado, eso lo determinará la Justicia, pero hasta el momento el fiscal que sigue la causa, Alberto Nisman, dijo que es muy prematuro afirmar que estaba involucrado en esta red. Una red de espionaje peliculezca con trasfondos represivos, y que levanta polvareda de recuerdos oscuros para el pueblo argentino.

Creo que esta no es la seguridad por la que reclaman los porteños. De todos modos, el gobierno
nacional, en vez de salir a fustigar a Macri, y desviar la atención de la opinión pública, debería preocuparse por solucionar sus problemas de corrupción.

Ni Aníbal Fernández, ni ningún funcionario del gobierno kirchnerista tienen autoridad moral para critical al Jefe de Gobierno porteño, que sería bueno que reconozca sus errores y dejara de victimizarse.

El caso seguirá en la Justicia, y habrá que ver cuantas cabezas ruedan del gabinete macrista, pero sin dudas que esta mancha en la gestión perdurará y le ocasionará serios inconvenientes a Mauricio Macri, que deberá aprender a rodearse de personas de confianza si pretende finalizar su gestión y candidatearse en las presidenciales del 2011.

miércoles, 11 de noviembre de 2009

REFLEXIÓN ACERCA DEL ANIVERSARIO DE LA CAÍDA DEL MURO DE BERLÍN

Hace pocos días Alemania celebró el vigésimo aniversario de la caída del muro de Berlín, esa cortina de hierro que mantuvo dividida a las dos Alemanias (la democrática y la federal) durante 26 años. Por un lado el comunismo (la replública Democrática Alemana, en el lado oriental), y por el otro el capitalismo (la república Federal Alemana, en el lado occidental), seperados de la manera más cruel y patética.





En 1989 se dice que murió el comunismo luego de la caída del muro, que fue una de las expresiones de hartazgo de miles de personas que vivian del lado oriental de la muralla.


Lo cierto es que este acontecimiento recordado con felicidad y alegría, terminó con la denominada Guerra Fría, aquel juego de amenazas y demostraciones de poder entre el occidente capitalista y en oriente comunista, que tenían en vilo al mundo entero por sus poderíos nucleares. Junto con la caída del muro entonces, caía una de las grandes ideologías y formas de gobierno que la humanidad había creado.


Aún quedan algunos restos de tal forma de organización política, económica y social, que demostró su improcedencia con el disgusto que causaba y causa a quienes deben someterse a ella. Así como ahora los cubanos escapan en barcas del regimen, los alemanes escapaban de la Unión Soviética.




Claramente hay una ideología y forma de organización victoriosa, la occidental, la que erige las banderas de la democracia, y bajo lemas de libertad se impuso como el modelo más atractivo frente a los “opresores” comunistas.


El problema es que detrás de esa retórica de libertad y derechos, se esconde un sistema mucho más opresor y que levanta muchos más muros entre todos nosotros, y que ha demostrado ser una fábrica de pobreza y de desigualdad social.


El capitalismo nos ha engañado vilmente a todos. Sus promesas de un mundo ideal frente a las miserias que se vivian en sistemas comunistas se han incuplido, y hoy en día ya no hay salida.

Con esto no estoy proponiendo una vuelta al comunismo, que también ha demostrado no ser el modelo más adecuado de ver y organizar a las sociedad modernas, sino que estoy tratanto de que observe el fracaso de las grandes ideologías de la humanidad.


Ninguna ha podido garantizar la igualdad, la libertad, y la felicidad de los hombres y mujeres. Por eso, hoy más que nunca, hay que buscar alternativas. Ya no se puede producir un quiebre estructural del sistema, pero si se puede conseguir dentro de este universo la autodeterminación de cada sociedad para que cada pueblo logre apaciguar los golpes y el avasallamiento del capitalismo.


Este sistema hace que unos pocos gocen. Otros deberán someterse a condiciones de neo esclavitud para al menos poder acceder a algunos de los beneficios de formar parte de la rueda que hace girar al mundo, y el resto, lo que no sirve, lo que no produce, será aislado y sometido a condiciones deplorables, en las que ni siquiera las necesidades básicas de un ser humano están satisfechas.


El modelo de acumulación no hace más que generar que otros tengan menos, o que no tengan nada. Esto no es ninguna ciencia. Pero también hay que reconocer que el comunismo falló en sus modos de llegar a sus objetivos de igualdad. Entonces frente a esto que tenemos hay que plantear algo nuevo.

Las izquierdas de nuestro país y del mundo deberían dejar de plantear cosas tan retrogradas como el muro de Berlín. El avance del imperialismo no se frenará cerrando las puertas de nuestra casa, se cerrará cuando se concientice a la gente de sus males, y les propongan algo nuevo, innovador, que de verdad respete las libertades individuales y los derechos de todos.


No es tarea sencilla, y de hecho me resigno a ver los nuevos modelos que se plantearán frente al capitalismo, pero al menos para el ahora, busquemos entre todos la salida, o la forma de que no golpee de manera tan severa y cruda en nuestras societies este sistema de fabricar pobreza.

Si no nos involucramos de alguna u otra manera, veremos como todos los males del presente se incrementaran, y las divisiones y los muros que nos dividen crecerán aún más, y ya será tarde.

jueves, 5 de noviembre de 2009

UNA VEZ MÁS INSEGURIDAD Y CORTES DE CALLES EN LA AGENDA TEMÁTICA: ¿HASTA CUÁNDO VAMOS A TENER QUE SEGUIR HABLANDO DE ESTO?

La realidad política y social argentina, o por lo menos la que reflejan los medios, sigue siendo caótica, tediosa, conflictiva, con pocas luces en su camino hacia el futuro, y por lo que se ve a simple vista, no va a mejorar la situación en el corto plazo.

Cortes:

Piqueteros, o manifestantes, o delincuentes, según desde donde se lo mire, mantuvieron cortada la avenida más importante del país durante más de 30 horas, para protestar contra el gobierno nacional y su plan de cooperativas para dar trabajo en zonas postergadas del Gran Buenos Aires, que según los presentes en el “acampe” en la 9 de Julio, está totalmente infestado de clientelismo político a cargo de los intendentes de esas localidades pobres.

Es decir que si no respondés a las directivas de esos “punteros” de barrio (que en algunos casos implica darle parte del sueldo que ganan con los trabajos que ofrece el plan gubernamental), si no votás en su favor, y en el del gobierno, no podés formar parte del plan denominado “Argentina trabaja”.


El gobierno finalmente habría cedido y les prometió a estos 5 mil piqueteros que los haría ingresar en el plan. En respuesta a esta protesta, otro grupo de piqueteros, o manifestantes, o delincuentes como quieran llamarlos (para mí no son sinónimos pero es lo que escucho que dicen los medios y los que tienen espacio para opinar allí), cortan parte de la avenida más importante del país para “bancar” al gobierno y a sus políticas sociales, que creen que no deberían modificarse.

Una vez más empieza el desgastado debate sobre qué derecho tiene más peso para la policía y la Justicia, si el de los manifestantes o el de los que pretenden circular libremente por Buenos Aires para cumplir con sus tareas.

Inseguridad:

Al ex jugador de fútbol, Fernándo Cáceres lo balearon en un intento de robo de su auto en la localidad de Ciudadela. Dos menores, uno de 15 (que habría ejecutado en disparo que entró por el ojo del ex jugador que sigue en estado crítico), y otro de 17 años (que al momento del asalto mantenía de rehen a un remisero que habían capturado momentos antes), fueron identificados por la pareja de Cáceres que iba en el auto con él al momento del triste episodio. Una vez más, la inseguridad copa el centro de la escena, y más aún tratándose de una persona famosa, y de menores delincuentes, cóctail explosivo para los medios.

Esto ocurre todos los días en barrios postergados, de donde salen los acusados por estos delitos, pero en donde también viven los que más sufren estos ataques violentos.

Una vez más, también empieza el debate acerca de si esos menores deberían ser juzgados como personas adultas, y si deberían ir a prisión junto con todos los presos sin importar su edad.

Ya me expresé en artículos pasados acerca de estas dos temáticas recurrentes en nuestro país: En el caso de los cortes, creo que los manifestantes deberían buscar alternativas más creativas para sus protestas, para evitar perjudicar a sus pares, e intentar golpear en donde ellos pretenden, en la burocracia y en la dirigencia política.

En el segundo caso, creo que a esos menores habría que darles algún tipo de contención en algún centro de rehabilitación por lo menos hasta que el sistema carcelario este en condiciones de ser habitado, y deje de ser un lugar de engendro de delincuentes.

Más allá de mi posición en uno y otro caso, con lo que sé que muchos disentirán, lo que quería expresar con el artículo es el cansacio de tener que hablar siempre de lo mismo. Cuestiones básicas de la vida aún no resueltas en un país con los recursos para hacerlo. Los temas van pasando una y otra vez por la agenda mediática y nada cambia. El clientelismo sigue comprando votos, los adolescentes siguen matando, los manifestantes siguen cortando calles y prejudicando a gente que nada tiene que ver con sus problemas.

El país no avanza, esa es la sensación. Siempre se cae en lo mismo, y nunca se termina de consolidar una idea, un concepto, un programa, una planificación a corto o largo plazo, para erradicar de una vez por todas estas falencias de nuestro endeble sistema político-social que impide que podamos vivir con tranquilidad y libertad.

Por eso, sigamos repitiendo, sigamos manifestándonos para ver si en algún momento la dirigencia política oye nuestras peticiones, las de todos los argentinos, para garantizar las más básicas y elementales condiciones que deberíamos tener para poder vivir en paz.

La culpa no es de esos menores, ni de esos manifestantes, es de las autoridades de nuestro país que siguen viendo como estas cosas pasan y no hacen nada para impedirlas, para erradircarlas de una vez de nuestras vidas cotidianas.

Hasta que ellos no actúen, los menores van a seguir matando y robando, y los manifestantes van a seguir impidiendo la circulación de las personas, y yo, voy a seguir escribiendo sobre estos temas… Qué lindo sería no tener que hacerlo más…