jueves, 22 de mayo de 2008

La pobreza: mucho más que un número.

La pobreza es un flagelo que se cobra miles de muertes cada año en nuestro país. Mientras muchos disfrutan la vida, hay otros tantos que la padecen. Esto no es nuevo. Antes se los llamaba esclavos, ahora son pobres. Antes se los sometía, ahora se los excluye. El hambre lo padecieron siempre, este es el peor enemigo de muchos seres humanos aunque resulte difícil de creer.

Parece mentira que haya gente que no tiene para comer estando en el Siglo XXI, el siglo de los avances de la tecnología y la ciencia. Pero esto pasa, y en nuestro país, que tiene un crecimiento sostenido desde hace casi 7 años, y acumula de forma creciente reservas en el Banco Central, cada vez resulta más incomprensible como puede haber tantas personas que no satisfagan una necesidad y un derecho como el de alimentarse.

La presidenta Cristina Fernández se enorgulleció se presentar las nuevas cifras de pobreza, indigencia y desocupación elaboradas por el poco creible INDEK. El porcentaje de gente que no llega a comprar la cabasta básica de alimentos (que es difícil de conseguir, ya que los precios de los productos que la conforman muchas veces no son los reales), es del 20.6%, según el intervenido instituto de estadísticas de nuestro país.

Al parecer, la pobreza disminuyó con respecto al primer semestre del 2007, donde el porcentaje de pobres era del 23,4%.

Estos datos, publicados fuera de agenda (es decir que no estaban previstos según cronograma del INDEK), salieron a respaldar a la presidenta, ante las críticas de la Iglesia, y los estudios de consultoras privadas, que afirman que el porcentaje de pobres es mayor.

El titular de la Pastoral Social, monseñor Jorge Casaretto, en base a un estudio de la Universidad Católica dijo el martes, que tiene "la percepción de que está aumentando la pobreza", y agregó que la gente que pide comida en hogares, se esta multiplicando.

Este cruce por un simple número que indica de forma fría y poco convincente la cantidad de pobres, resulta ridículo. Los pobres están, son muchos y necesitan ayuda. Tendrían que discutir las formas para acabar con esta problematica que atraviesa al país de punta a punta y que se acentúo durante la década del 90.

No se pueden seguir mostrando mejoras en los números de forma demagógica, cuando la pobreza está pidiendo a gritos que lleguen soluciones sistémicas para cambiar este modelo de fabricación de pobres. La exclusión a la que son sometidos es tan cruel que hasta se pretende acultarla con estos números infames que no aportan nada.

De repente se producen estallidos como los que escuchamos esta semana sobre el asesinato de Milagros Belizan. Esta nena de dos años que fue brutalmente asesinada en la localidad de Almirante Brown. Este tremendo crimen fue resultado de la pobreza. Los dos niños menores de 10 años que la asesinaron vivían en condiciones desesperantes, en una pequeña casilla de chapas y cartón, amontonados con sus otros hermanos.


La casilla donde vivía Milagros: el dolor no tiene reparos.

La madre, viuda y sin una fuente de ingresos acpeptable, era alcoholica y drogadicta. Maltrataba a sus hijos en plena calle a la vista de todos. Esa violencia a la que estaban expuestas estas dos criaturas moldeó sus perfiles psicológicos y formó a estos dos prematuros asesinos a los que va a ser difícil reinsertar en la sociedad.

El informe psiquiátrico que se les realizó, aseguró que comprendían lo que hacían, cuando golpeaban y ahorcaban a su pequeña vecina Milagros.

Esto es lo que genera la pobreza, pequeños sin futuro, asesinatos incomprensibles, perdidas irreparables, familias desmembradas, violencia, dolor, resentimiento, odio, entre otras tantas cosas. Como se ve, la pobreza es mucho más que un simple dato, y por más que baje o suba el número, hay que solucionar este flagelo lo antes posible.

Quizá haya menos pobres, pero con casos como este de Milagros, se ve que el trabajo no está concluido ni mucho menos. Este crimen es una abofetada a la realidad, a la que le pide cambios; cambios que no se tienen que hacer esperar. Mientras más tiempo pasa, peor es. Es hoy el momento de empezar a aplicar políticas consernientes a terminar con esta desigualdad y exclusión. Sobre esto hay que discutir y debatir; para fomentar medidas que acaben con el círculo vicioso de la pobreza, no sobre números poco creibles y vacios que sólo sirven de propaganda para los políticos de turno.

1 comentario:

Anónimo dijo...

20,6%....23,4%...son como vos decis solo numeros....pero ellos encierran muchisimos argentinos como vos y yo....que no tienen oportunidades....que son "esclavos" de este modelo politico y economico....
Mientras leemos q desde hace unos años el pais "crece" las reservas "crecen"....leemos tambien q los pobres "crecen"....no deberia ser al reves?
Este gobierno no se basaba en la redistribucion...en la equidad para todos los argentinos????
O se acuerdan de usar a los pobres para movilizarlos en micros (pagados con nuestros impuestos seguramente)pagarles un choripan y llevarlos a sus actos democraticos....QUE TERRIBLE REALIDAD Y EN ESTE SIGLO
Todo sigue como era entonces....
Creo q a este gobierno le sirve la pobreza....porq el mal nutrido no puede desarrollar su intelecto...y eso hace mas facil manejar al pueblo....la privacion de lo basico hace q las personas hagan lo q sea por un plato de comida....
QUE CRUDA Y LAMENTABLE REALIDAD....y con un gobierno que se dice popular.....LAMENTABLE!!!!!
Muy bueno tu informe....
Lo del INDEK con K...es a proposito?...K de Kirchner!!!!!