NO ESTAMOS PREPARADOS PARA PROGRESAR.

En enero estuve de vacaciones en Brasil, y una vez más me quedé perplejo por las notables diferencias con los lugares turísticos de nuestro país, situados sobre la costa atlántica.

No me refiero sólo a los paisajes, eso queda a cuenta de los gustos de cada uno, sino que hago alusión a los costos y las formas de atención que tienen en nuestro país vecino.

Para empezar, sólo hay que ver las listas de precios de los lugares y darse cuenta de cómo te estafan en nuestro país. En Brasil con 20 reales por día podías comer, hay que tener en cuenta que el real esta a 2,20 en relación al dólar. Así y todo, con el encarecimiento de la moneda del gigante de sudamérica, sigue siendo más barato veranear allá.

En cualquier lugar donde vos compres algún producto típico de un veraneo el precio se mantiene; como por ejemplo un jugo, no cuesta más de 4 reales, ya sea en el supermercado, en un restaurant o en un bar en la playa.

En las ciudades turísticas de nuestro país el precio varía notablemente, los bares situados en las cercanías de la costa cobran no menos de 10 pesos el jugo, para continuar con el ejemplo.

Es otra filosofía de mercado. Aca parece que por el sólo hecho de que la gente esta de vacaciones hay que cobrarles todo más caro por que tienen dinero para gastar, cuando muchas veces no es así. Allá para asegurarse que la gente vaya y consuma, mantiene los precios y en algunos casos los bajan.

No hay que perder de vista que lo que para nosotros es barato en Brasil, no lo es para el brasileño medio, ya que el sueldo mínimo no supera los 500 reales, y más de 40 millones de personas perciben ese magro salario, que fue incrementado durante la gestión de "Lula" Da Silva. Un dato que muestra que los avances en términos económicos no llegan al ciudadano común.

Pero si para los brasileros eso es caro, no me quiero imaginar si una padre de familia "tipo" que cobra el salario mínimo en nuestro país, que ronda los 1200 pesos, pretende veraniar en la costa argentina. ¡No le alcanzaría ni para los pasajes! Todo aumenta año a año: la estadia, las carpas en los balnearios, la comida, la ropa, etc, etc, etc.

No quiero caerles a los gerenciadores de los diferentes bares y comercios de las ciudades costeras, ellos son sólo un eslabón de la cadena que hace que los precios se disparen durante la temporada. Los dueños de los locales que encarecen los alquileres son otros de los culpables de los elevados costos de los productos.

Además de los costos del veraneo, el trato servicial que tienen con el turista en Brasil es totalmente distinto con el que tienen en Argentina. Allí cuidan a la persona que está aportando dinero vital para la subsistencia de muchos hogares, quizá hasta no son conscientes de esto. No quiero generalizar, en nuestro país debe haber muchos lugares en los que te atienden muy bien, pero la realidad es que uno muchas veces se lleva disgustos por el trato que recibe.

Por estas cuestiones creo que aún estamos lejos de progresar como sociedad. No quiero fijar modelos a imitar, cada cultura es diferente y no creo que tengamos que asemejarnos a nadie, sino ser nosotros mismos y mejorar con metas propias, pero para eso al menos debemos empesar por respetarnos entre nosotros.

Esta filosofía de pretender sacarle hasta el último centavo al turista que tiene mucho o poco dinero, para poder uno mismo tener más dinero, no creo que sea fructífera en ningún sentido. Habla de un egoísmo del que creo que los argetinos debemos empezar a apartarnos para crecer como país.