jueves, 10 de diciembre de 2009

RECAMBIO LEGISLATIVO: LLEGÓ LA HORA DE PONER AL CONGRESO EN EL LUGAR QUE SE MERECE

Llegó el día tan esperado. Hoy comienzan a trabajar los nuevos legisladores que fueron elegidos en junio, en aquellos comicios que habían sido adelantados por el gobierno, que finalmente perdió en los principales distritos en los que se jugaba el todo por el todo.

La nueva composición de las cámaras ya mostró la semana pasada en la sesión preparatoria luego de la jura de los parlamentarios, como será el escenario de acá hasta que termine la gestión de Cristina Fernández: El Congreso ya no será un lugar de paso en donde se voten sólo los proyectos oficiales.

El conglomerado opositor obtuvo quorum propio (es decir que llegó al número mínimo de legisladores que se necesitan sentados en el recinto para poder comenzar a sesionar y consecuentemente tratar los diversos proyectos), y el kirchnerismo se vio forzado a ceder y presentarse en la cámara baja en un marco peliculesco y de gran tensión (video).



Allí se votó que la mayor parte de las comisiones (que son las encargadas de analizar los proyectos y reformarlos previamente al ingreso de los mismos en las cámaras) de vital importancia para el parlamento, quedaran con mayoría de la oposición.

Con este aire renovador, la oposición al gobierno infló el pecho y ya aspiran a reformar un número importante de leyes que aprobó el oficialismo hasta ayer, ultimo día con el que contaba con mayoría en la legislatura. Entre las leyes a modificar se encuentran la de servicios de comunicación audiovisual, la de emergencia económica, el decreto de asignación universal a la niñez, entre otras.

A partir de esta amenaza de la oposición de derrivar el fuerte legal construido por el kirchnerismo para asegurarse “la gobernabilidad” de acá al 2011, ya empezó a hablarse de una futura “vetocracia”.

Esto significa que una vez aprobadas las nuevas reformas legislativas, la presidenta directamente vete esas modificaciones, no dando lugar a ellas.

La forma de saltear esa barrera es que dos tercios de las cámaras aprueben las leyes, y de esta forma impedir que el Poder Ejecutivo tenga la facultad del veto. El problema es que el conjunto
de la oposición no llega a sumar tantos legisladores, sólo puede aspirar a conseguir la mitad más uno de ambas cámaras.

El problema aquí creo que será más por la impericia de la oposición que por el autoritarismo del gobierno. No sé hasta que punto la presidenta Cristina Fernández va a poder vetar y vetar leyes indiscriminadamente, ya que el pueblo reaccionaría ante tantas negativas a las propuestas del Congreso.

Me parece que va a ser más difícil que la oposición logre ponerse de acuerdo en algo. No olvimos de dentro de lo que denominamos oposición se encuentran figuras como De Narváez, Felipe Solá, Elisa Carrió o Pino Solanas. El menú ideológico es tan variado que me hace dudar de hasta que punto estas figuras van a poder concordar en algo y encolumnarse detrás de un proyecto común.

Soy de la idea de que la diferencia enriquece, pero en este caso le va a jugar en contra a los legisladores. No sé si tendremos muchas leyes nuevas por esta cuestión, pero si tendremos un jugoso debate entre fuerzas muy diversas, y entre figuras de la política muy relevantes en nuestro país.

Como ya hemos dicho en su momento, el pueblo votó por el cambio en junio, pero eligió entre opciones de lo más diversas, no hubo una tendencia hacia la derecha o hacia la izquierda bien marcada a nivel nacional.

Por ello ahora tenemos este atractivo Congreso, que se parecerá más al que voto contra las retensiones al campo, y no tanto al que votaba “a libro cerrado” lo que venía desde el Poder Ejecutivo.

Una última acotación con respecto a la asunción de los nuevos legisladores. No podia evitar referirme a Néstor Kichner, que finalmente asumió su banca y volvió “al barro”, a donde la lucha es día a día. Tuve la sensación de que se humanizó la figura de este personaje que los medios (y sus acciones también por supuesto) erigieron como “el Cuco” de la política nacional.

Siempre se lo mencionaba como el hacedor de todas las maniobras del oficialismo en las penumbras del poder, a espaldas de su esposa. Esto no impedirá que lo siga haciendo, pero verlo allí sentado, sin tener mayoría en el recinto, me generó la sensación de que el poder se le está escurriendo entre sus manos. Sus ambiciones personales creo que lo están llevando hacia el triste final al que suelen llegar los políticos a los que el poder enceguece.

A veces es mejor dar un paso al costado en el momento justo, como sucede con los futbolistas, a los que les llega una edad en la que lo mejor que pueden hacer es retirarse para no empañar sus carreras con esa triste imagen final de personas mayores agotadas y disminuidas físicamente, entre jóvenes entusiastas.

Pero los políticos son más reacios que los futbolistas a dar un paso al costado y continúan con sus necias ambiciones hasta las últimas consecuencias.

En fin, vendrán dos años de intensas batallas parlamentarias, que quizá sirvan para volver a otorgarle al Congreso el importante rol que tiene en toda democracia, pero que acá muchas veces es desmerecido y bastardeado por el cada vez mayor presidencialismo que hace parecer a nuestro país a una monarquía donde sólo los reyes son los que definen el futuro del pueblo.

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