miércoles, 1 de abril de 2009

ALFONSÍN, UNO DE LOS HACEDORES DE LA DEMOCRACIA

El ex presidente Raúl Alfonsín de 82 años, murió ayer a las 20:30 en su residencia de la avenida Santa Fe en la Capital Federal, donde agonizaba desde hace unos días por un cáncer de pulmón que le carcomió la vida. Hoy está siendo velado en el Congreso de la Nación donde miles de personas hacen largas colas para darle el último adiós al primer presidente constitucional luego de la feroz dictadura que azotó al país DESDE 1976 hasta 1983. Mañana será sepultado en el cementerio de la Recoleta.

Qué decir de este personaje de la vida política argentina del que tanto se habló en la última época y como suele ocurrir, mucho más después de su muerte. Resulta muy difícil para mi generación que no lo vimos gobernar, dar nuestro parecer sobre su gestión y su vida, y es más complicado aún explicar las enormes muestras de cariño que está recibiendo en estos momentos.
Ahí radica el punto que quizá nos haga tomar dimensión de quien fue Alfonsín, para todas las generaciones que no lo vivimos. ¿Alguien se imagina que en la muerte de algún funcionario del actual espectro político se genere la repercusión y la gran muestra de afecto que se está viendo para con Alfonsín?

Es dificultoso responder esta pregunta, porque si nos remontamos a los años del gobierno radical, que le tocaba asumir la presidencia en un momento sumamente delicado, donde los militares acechaban y se levantaban contra el orden republicano, los sindicatos hacían huelgas recurrentemente y los sectores pudientes sacaban su dinero del país, las críticas a la figura de Alfonsín se multiplicaban. Como sucede en la actualidad con el gobierno, al que se le reprocha casi todo.

Pero el tiempo fue dándole la razón y poniendo en el lugar que se merece a un político duramente criticado por las leyes que pararon los juicios a los militares, o por el Pacto de Olivos que firmó con el ex presidente Carlos Menem. Algunos no le perdonan estos actos, pero los que lo defienden sostienen que lo hizo para mantener el orden democrático sean cuales sean las consecuencias.
Quizá por nuestra forma de ser como sociedad no sabemos respetar o analizar crítica, pero constructivamente a los gobernantes elegidos por el pueblo, o quizá ya no queden personajes como los de Raúl Alfonsín.

Logró que figuras de todo el arco político coincidieran en resaltar los valores éticos, dialoguistas, republicanos y democráticos que tenía el líder del radicalismo. Hasta logró que la presidenta Cristina Fernández hablé con el vicepresidente Julio Cobos, con el que no dialoga desde el voto no-positivo.

Para las personas que debemos juzgarlo por los dichos de otros, o por lo que leemos en los libros (que es lo mismo), es muy difícil hacer un análisis de su gestión, más cuando sabemos que una vez muerto, se multiplican las voces de adulación y reconocimiento para el fallecido. Pero el hecho que resalta su figura es la muestra de cariño del pueblo, de la gente que ayer se congregó frente a su domicilio y que hoy fue al velorio, y mañana irá a la sepultura.

Quizá nos llame la atención a los de nuestra generación este hecho, porque sería impensado algo así con los políticos contemporáneos, pero para las generaciones mayores, la figura de Alfonsín representa mucho más que la de un político, o la de un ex presidente. Es quien les devolvió la democracia, la libertad, sus derechos, su ilusión de un país mejor.

Para los que ya crecimos en democracia, esto no nos conmueve tanto, porque no sufrimos una dictadura, y ante cada cambio presidencial sólo percibimos los oscuros legados que dejan los políticos salientes. Por lo que ver en un político rasgos heroicos, patriotas, de compromiso con el país, como lo perciben a Alfonsín las generaciones de mayor edad, para nosotros es algo que ni en los sueños podría producirse.


Fue sin duda uno de los padres de la democracia, algo por lo que tendremos que agradecerle toda nuestra vida. Según resaltaron muchas de la figuras públicas que dieron su pésame por el fallecimiento del ex presidente, la búsqueda de consenso y la apertura al dialogo fueron características salientes de Alfonsín y por las que siempre lucho. Ojalá que gobierno y la oposición se queden con este legado y lleven a la práctica algunas de las enseñanzas que dejó el líder radical, en tiempos en que la confrontación entre argentinos parece volver a escena peligrosamente, alentada por sectores del espectro político.

Para cerrar, una de las frases de Alfonsín entre tantas que nos dejó, y aunque parece que no dice mucho, a mí me conmovió y me pareció importante para la actualidad de nuestro país: “Tenemos que querernos más entre los argentinos”.

1 comentario:

gra dijo...

yo si vivi el gobierno de Alfonsin...vote por el....y el dia q fue electo salimos todos a las calles con banderas a proclamar nuestra alegria con la vuelta de la democracia...fue un dia inolvidable....estabamos llenos de esperanza...
A mi Alfonsin NO ME DEFRAUDO!!!!!
Es QUE NO LO DEJARON GOBERNAR....tenia a la mayoria del pueblo a su favor....pero tenia a todos los peronistas, sindicalistas y grandes empresarios en contra....NO LO DEJARON HACER NADA!!!!!
Es verdad q era un gran democrata q buscaba ante todo el concenso....pero otra cosa invalorable es q murio sin riquezas....NO ROBO.....fue un hombre intachable....un hombre honesto....como hasta ahora no hay otro.
Sin duda el pueblo argentino lo quizo y lo llora....no creo q se repita por mucho tiempo un personaje tan noble como Alfonsin....lo extrañaremos enormemente y ojala para los argentinos haya otros Alfonsines para engrandecer nuestro pais y hacerlo mas digno.