martes, 21 de abril de 2009

LAS BARRAS BRAVAS Y LA POLÍTICA

La política y el fútbol estuvieron estrechamente vinculados históricamente. Nadie puede negar la utilización que el proceso militar hizo del mundial de 1978, que mientras se disputaba, miles de personas desaparecían en el país, que no veía, o no quería ver nada, para citar el ejemplo más tristemente recordado por nosotros.

Este fin de semana hubo otro repudiable ejemplo de estos vínculos poco trasparentes que hay entre sectores del gobierno de turno con personajes insertos en el mundo del fútbol. Las barras bravas de River y de Boca, clubes que disputaron este fin de semana el espectáculo deportivo más importante del mundo, mostraron banderas con consignas contra el grupo Clarín.
La disputa del principal grupo multimedia con el gobierno kirchnerista no es nueva. Desde los inicios del conflicto entre el campo y sectores de gobierno han llovido los agravios y amenazas contra el diario que más se vende en nuestro país.

El nuevo foco de conflicto es el proyecto que impulsa el gobierno para sancionar una nueva ley de Radiodifusión. Justamente sobre eso hicieron foco las banderas: “Clarín: el fútbol es una pasión, no un curro”, expresaba uno de los trapos que se desplegaron durante el superclásico; el otro decía: “Queremos fútbol gratis por TV” (pare aquellos desprevenidos, aclaro que el millonario negocio de la televisación de los partidos de fútbol lo maneja TyC Sports, que forma parte del grupo Clarín).

La disputa de intereses parece inevitable de cara a lo que va a ser la nueva ley de medios, que según indican desde Clarín, apunta a limitar la independencia de los medios de comunicación, y que según dicen desde el gobierno, pretende ser más equitativa en el uso de los canales de comunicación garantizando el acceso a los medios de todos los ciudadanos. Además una de las principales banderas del kirchnerismo para impulsar la ley es la televisación gratuita de los partidos, ya que hoy en día cinco de ellos son codificados.


(Tapa de Crítica uno de los que más publicó del tema http://criticadigital.com/index.php?secc=nota&nid=22038)

La disputa es comprensible, pero de ningún modo justificable, dentro de este sistema donde los medios son manejados por grupos empresarios que pretenden ganar dinero (y de esta manera, con la mera quita del poder de televisar los partidos le estarían arruinando millonarios negocios a Clarín) y donde el gobierno pretende manejar la mayor cantidad de canales de difusión para imponer su visión y construcción de la realidad. Pero llegar a este punto de negociar con barras-bravas para que desplieguen banderas con consignas políticas, parece un despropósito.

¿El gobierno no tiene otro canal de difusión de sus políticas, que debe hacer arreglos con los delincuentes que manejan las barras-bravas?
Al parecer, a los barras-bravas, según indica Clarín, les habrían pagado 100 mil pesos por este ‘favorcito’, que no sólo implicó la muestra de estas banderas, sino el reparto de folletos con consignas a favor de la nueva ley y en contra de Clarín, que me constan porque yo estuve en la cabecera visitante y recibí uno de estos panfletos de mano de un barra-brava de River.


Las barras son un mal que no se eliminarán nunca porque están vinculados con las esferas de poder de los clubes y de la política, como bien indica este tipo de actos que se vieron el domingo en la cancha de Boca. Yo no estoy en contra de las barras, creo que son parte del folclore del fútbol, y mientras no generen violencia, ni hagan negocios corruptos, son algo que todos aquellos que son futboleros disfrutan todos los domingos. Pero cuando empiezan a hacer este tipo de negocios creo que deberían ser investigados y se debería averiguar de donde sale el dinero que les pagan para este tipo de actividades, que les da cada vez más poder a los barras, que luego terminan matándose por este preciado motín.


Mientras la complicidad entre sectores del aparato político y las barras siga existiendo, los males que azotan al fútbol también van a seguir existiendo, por eso creo que los medios deberían denunciar y dar más espacio a este tipo de acontecimientos que mezclan dos mundos que no deberían ni rozarse.


La nueva ley de radiodifusión debe discutirse cuanto antes para evitar prácticas monopólicas, y regular el nuevo escenario de medios audiovisuales, pero pactar con delincuentes para transmitir la idea de la nueva ley, o para pegarle al grupo al que la ley debe limitar (me refiero a Clarín claro está), me parece algo aberrante e injustificable.


Me resulta incomprensible el por qué de que algunos funcionarios que pretenden ayudar al gobierno en impulsar algunas medidas, terminan ensuciando la figura de con quienes pretenden colaborar, con este tipo de actos poco claros y donde los miles de pesos que sirven para financiar estas atrocidades seguramente provengan del dinero de todos los argentinos. ¿No sería más útil generar un espacio de debate del que participe toda la ciudadanía para delinear un proyecto que favorezca al equitativo acceso a los medios y la independencia de los mismos, como seguramente pretenden hacer algunos funcionarios? ¿Es el gobierno el que está detrás de todo esto, o son grupos que pretenden ayudar y terminan perjudicando?


Qué sucio está todo, que difícil va a ser salir de todo esto, si es que algún día se logra salir.

1 comentario:

gra dijo...

llamalos barrabravas...llamalos sindicalistas...llamalos piqueteros....son todos "empleados" del gobierno..desde peron en adelante asi manejaron todo los peronistas...y esta lacra no tiene cura....