jueves, 19 de noviembre de 2009

ESCÁNDALO DE ESPIONAJE EN EL GOBIERNO MACRISTA: LA INGENUIDAD EN LA POLÍTICA SE PAGA MUY CARO

El escándalo que sacude a la Ciudad de Buenos Aires por las escuchas ilegales recién está comenzando. La Policía Metropolitana, la gran apuesta de Mauricio Macri para combatir la inseguridad, ya está dejando mucho que desear, incluso antes de salir a la calle.

Dos de los jefes que Macri nombró para esta fuerza ya fueron separados de sus cargos por graves denuncias que pesan en su contra por escuchas ilegales a dirigentes de la oposición, periodistas, y hasta funcionarios del gobierno porteño.

Al parecer, Jorge “el fino” Palacios, el primero de los jefes depuestos, habría montado una red de espionaje paralela a la Secretaría de Inteligencia, para obtener datos de diversas personas de manera ilícita, pinchando teléfonos, con el aval de jueces misioneros (Horacio Gallardo y José Luis Rey que también están imputados), para darle un toque de “legalidad” a esta práctica digna de un gobierno autoritario.

El juez Oyarbide ordenó la detención de Palacios, ex superintendente de la policía Federal, que negó haber realizado estás escuchas ilegales por las que podría pasarse 25 años preso.

El sucesor de Palacios, Osvaldo Chamorro, estaría involucrado en esta red paralela que encabeza Palacios, ya que en una computadora que compartían en uno de sus despachos, había más información de sindicalistas y políticos, obtenida de manera irregular. Al saltar esto a la luz, Macri le solicitó la renuncia por una “grave falta ética”.

Para resumir este berenjenal de nombres y acusaciones, el jefe de gobierno porteño, eligió para que manejen su fuerza de seguridad, a dos delincuentes que espiaban gente ilegalmente.

La gran pregunta es si Macri formaba parte de esta asociación ilícita como dijo el jefe de Gabinete Anibal Fernández, que acusó a Macri de integrar una PyME que realiza este tipo de escuchas y luego las vendía “al mejor postor”.

El jefe de gobierno salió a desligarse de Palacios y Chamorro, pero defendió la iniciativa de crear la Policía Metropolitana, que fue producto de que el gobierno nacional le negó el traspaso del manejo de los recursos de la Policía Federal al gobierno de la Ciudad de Buenos Aires. “Quiero contestarle al jefe de Gabinete y sus irresponsables declaraciones. Al matrimonio presidencial le digo que no nos van a parar. Está claro que quieren ir por todo. Han ido por la prensa, por Corrientes, por las empresas y ahora parecen querer ir por la Ciudad. No nos pueden comprar a todos”, sentenció Macri.

Pero el duelo verbal no quedó ahí, el jefe de Gabinete, y caballito de batalla de los K, dijo que fue bochornosa la explicación que dio Macri, ya que sólo “se dedicó a mentir y a negar todo”. También calificó al jefe de gobierno de porteño de “vago, negador e irresponsible”, y dijo que no se le puede dar el manejo de la Policía Federal a una persona así.
Dentro de todos los factores para analizar dentro de este conflicto, hay uno que no puede pasar
por alto, y es el grado de impericia de Mauricio Macri para gobernar.

Probablemente detrás de todo esto haya alguien del gobierno nacional que quiere ensuciar la gestión del ex presidente de Boca, y no me sorprendería que así fuera, pero es pasmosa la ineptitud de Macri a la hora de hacer política.

No entiendo como no pudo saber de las irregularidades en las que estaban inmersos los ex-jefes de la nueva policía que él mismo había nombrado. Cómo pudo ser tan ingenuo y ganarse todo este problema que puede llegar a costarle su propia cabeza.

Quizá Macri haya estado al tanto de estas prácticas y las haya avalado, eso lo determinará la Justicia, pero hasta el momento el fiscal que sigue la causa, Alberto Nisman, dijo que es muy prematuro afirmar que estaba involucrado en esta red. Una red de espionaje peliculezca con trasfondos represivos, y que levanta polvareda de recuerdos oscuros para el pueblo argentino.

Creo que esta no es la seguridad por la que reclaman los porteños. De todos modos, el gobierno
nacional, en vez de salir a fustigar a Macri, y desviar la atención de la opinión pública, debería preocuparse por solucionar sus problemas de corrupción.

Ni Aníbal Fernández, ni ningún funcionario del gobierno kirchnerista tienen autoridad moral para critical al Jefe de Gobierno porteño, que sería bueno que reconozca sus errores y dejara de victimizarse.

El caso seguirá en la Justicia, y habrá que ver cuantas cabezas ruedan del gabinete macrista, pero sin dudas que esta mancha en la gestión perdurará y le ocasionará serios inconvenientes a Mauricio Macri, que deberá aprender a rodearse de personas de confianza si pretende finalizar su gestión y candidatearse en las presidenciales del 2011.

No hay comentarios: